Dejar entrar a alguien nuevo a tu casa no es fácil. Menos aún cuando esa persona cuidará a tu mamá, papá o a un ser querido que amas profundamente.
Este artículo no es solo una lista de consejos. Es una guía práctica y honesta, escrita desde el punto de vista de quienes están donde tú estás: preparando su casa para dar este paso.
- Lo primero: protege lo que te da tranquilidad
Aunque confíes en el proceso, es natural sentir un poco de recelo al principio. Para tu tranquilidad, puedes:
- Guardar objetos de valor o papeles importantes en un cajón o habitación cerrada con llave. No es desconfianza, es orden.
- Si hay dinero en efectivo, medicamentos o llaves extra, designa un lugar fijo y seguro donde el cuidador no deba intervenir, salvo que lo necesite con autorización.
- Informale a un vecino o familiar cercano que comenzarás con un cuidador. A veces, contar con otra mirada externa da tranquilidad extra.
👉 Sentirse seguro no es ser desconfiado. Es crear un espacio claro y tranquilo para todos. También te compartimos algunos Tips para evaluar los antecedentes de un cuidador confiable.
2. Da la bienvenida y haz un “tour” por tu casa
Imagina que eres tú quien llega a una casa desconocida a cuidar a alguien. ¿Qué te gustaría saber?
- Muéstrale dónde están las cosas básicas: baño, cocina, medicamentos, ropa de cama, documentos importantes, números de emergencia, etc.
- Explícale cómo se usan los artefactos importantes: el calefón, la lavadora, la estufa, el microondas, etc. Si algo es delicado o “tiene su maña”, dilo.
- Si tienes reglas específicas (por ejemplo, que no se use el teléfono de casa o que no se abran ciertas puertas), coméntalas con claridad pero con respeto.
- Si puedes, deja una pequeña hoja con esta información en la cocina o comedor: eso evita que tengan que interrumpirte cada vez que tengan una duda simple.
👉 Tu casa, tus reglas. Pero dilo de forma respetuosa, recuerda que tu apoyo puede hacer que el cuidador se sienta más cómodo y funcional desde el inicio.
3. Habla claro sobre tus expectativas… sin agobiar
Sí, hay mucho que decir, pero no es necesario soltarlo todo en 10 minutos. Puedes ir de a poco, pero sí hay algunos puntos que conviene dejar claros desde el comienzo:
- ¿Qué esperas que haga y qué no? Ejemplo: “Me interesa que lo acompañes a caminar, pero no que cocines. Ya dejo la comida lista.”
- ¿Hay alguna rutina clave que valoras? Ejemplo: “Le gusta ver noticias a las 13h. Eso lo tranquiliza.”
- ¿Qué cosas te gustaría que el cuidador te informe a diario? Ejemplo: si durmió bien, si comió, si tuvo alguna caída o confusión.
👉 Decir lo que necesitas no es ser exigente. Es cuidar bien y evitar malentendidos después.
- Recuerda: estás invitando a una persona a tu casa, no solo a un profesional
Un buen cuidador llega con formación, experiencia y vocación. Pero también con nervios, con ganas de hacerlo bien, y a veces sin saber cómo se sienten contigo o con tu familiar.
- Ofrécele unos minutos de bienvenida sin apuros, aunque tengas mil cosas.
- Si te nace, ofrécele un café o un vaso de agua. A veces, ese primer gesto abre una relación humana de verdad.
- Dile que estás disponible para cualquier cosa, sobre todo los primeros días.
Eso no solo lo tranquiliza, también lo compromete.
👉 Un vínculo sano empieza por sentirse respetado y escuchado. En ambas direcciones.
¿Y si aún no has elegido cuidador?
En Kipers, conectamos familias como la tuya con cuidadores profesionales, empáticos y verificados. Además te contamos cuánto cuesta contratar a un cuidador a domicilio.
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