Hay una culpa silenciosa que acompaña a muchos hijos adultos: la de ver envejecer a nuestros padres o abuelos en soledad.
Nos cuidaron cuando éramos niños, estuvieron ahí en cada caída, en cada noche de fiebre, en cada logro... y ahora que necesitan de nosotros, el trabajo, la rutina y la distancia hacen que no siempre podamos estar presentes.
Muchos familiares sienten miedo de que su ser querido esté solo en casa, y es entonces cuando surge la búsqueda urgente de un cuidador. Pero cuando esa búsqueda se hace con prisa o sin orientación, se pueden cometer errores que, lejos de ayudar, agravan la situación.
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Contratar a un cuidador de adultos mayores a domicilio no es una tarea menor. Se trata de poner en manos de otra persona la salud, seguridad y bienestar emocional de alguien que amamos. Y sin embargo, el 60% de las familias lo hacen sin verificar referencias ni experiencia previa, según datos de la Asociación Latinoamericana de Cuidado Geriátrico.
Estos son los errores más comunes:
Muchas veces se contrata a personas por recomendación informal o porque "parecen buenas", sin revisar antecedentes ni formación específica en cuidado de mayores.
➡️Consejo: Siempre pide certificados, experiencia comprobable y referencias de trabajos anteriores.
Más allá de lo técnico, es esencial que el cuidador y el paciente conecten en lo humano. La empatía, el tono de voz, la paciencia y la calidez marcan una diferencia enorme.
➡️ Consejo: Programa entrevistas y, si es posible, un día de prueba para ver cómo se relacionan.
Cuando no se define qué tareas realizará el cuidador, surgen malentendidos: ¿Debe cocinar? ¿Acompañar al médico? ¿Hacer aseo? ¿Sólo asistir en movilidad?
➡️ Consejo: Redacta una lista de funciones y horarios antes de contratar.
Entendemos que el presupuesto importa, pero elegir solo por ser más barato puede salir muy caro: desde un maltrato no detectado hasta negligencia médica.
➡️Consejo: Evalúa el equilibrio entre experiencia, costo y calidad del servicio.
Una vez contratado el cuidador, muchas familias se desentienden. Esto puede derivar en rutinas poco efectivas o problemas no detectados.
➡️ Consejo: Mantén comunicación constante y solicita reportes breves de evolución.
“Al principio contratamos a una vecina que se ofreció a cuidar a mi mamá. Parecía buena persona, pero con el tiempo notamos que mamá estaba cada vez más apagada, sin ganas de moverse, y no se alimentaba bien. No sabíamos cómo manejar la situación. Fue un alivio encontrar Kipers: nos asesoraron, conocimos perfiles verificados, y ahora mamá está con Clara, una cuidadora que la estimula todos los días, la saca a caminar, le lee y hasta le enseña a usar el celular. Volvió a sonreír.”
— María E., hija de usuaria de Kipers
Si esta información te ha ayudado, compártela con alguien que la necesite. Muchas familias pasan por lo mismo y no saben por dónde empezar.
En Kipers, sabemos que buscar un cuidador puede parecer abrumador, pero estamos aquí para ayudarte con cariño, respeto y total transparencia. No cobramos por las entrevistas, y nuestros cuidadores tienen tarifas más accesibles que el promedio del mercado.
➡️ Conversa con nosotros: queremos que sepas que somos personas amables y dispuestas a escucharte. Queremos ayudarte a encontrar una solución sencilla, confiable y hecha a tu medida. Llámanos o llena el formulario y conversemos 😊