María vive en Ñuñoa y su mamá, Teresa, tiene 78 años.
Teresa aún cocina sus almuerzos y le encanta ver teleseries, pero últimamente se olvida de tomar sus medicamentos, se tropieza más seguido y se siente insegura al salir sola. María trabaja de lunes a viernes, y aunque intenta pasar por su casa todas las tardes, no siempre puede.
No quiere llevarla a una residencia —siente que aún no es el momento—, pero también teme que un descuido termine en una caída o en un olvido grave con los remedios. “No necesito a alguien todo el día”, piensa, “solo un poco de ayuda cuando no estoy”.
Ese es precisamente el tipo de situación para la que existe el cuidado por horas: apoyo flexible, humano y adaptado a la realidad de cada familia.
El mito de que “un cuidador es solo para quienes ya no pueden valerse por sí mismos”
Muchas familias piensan que contratar un cuidador significa “ceder el control” o aceptar que su familiar perdió autonomía. Pero no siempre es así.
Hay adultos mayores que solo necesitan apoyo en momentos específicos del día: la mañana para asearse, la hora del almuerzo, o simplemente alguien que los acompañe un par de tardes a la semana.
El cuidado no tiene por qué ser un “todo o nada”. Puede ser progresivo, ajustado a las rutinas, la energía y el nivel de independencia del adulto mayor.
Casos reales donde un cuidador por horas marca la diferencia
Beneficios que van más allá del tiempo
✅ Cuidado sin desarraigo
El adulto mayor sigue viviendo en su entorno, con sus recuerdos, su cama y su rutina. Eso fortalece su identidad y reduce el estrés.
✅ Tranquilidad para la familia
Saber que hay alguien de confianza presente unas horas al día permite trabajar, descansar o simplemente tener un respiro sin culpa.
✅ Prevención de incidentes
La supervisión parcial evita caídas, errores con medicamentos o períodos largos de soledad. A veces, dos horas al día hacen toda la diferencia.
✅ Conexión emocional
El vínculo con un cuidador puede transformar el estado de ánimo del adulto mayor: más conversación, más movimiento, más propósito.
Cómo ajustar turnos, horas y presupuesto sin perder calidad
Uno de los mayores temores al contratar apoyo externo es el costo. Pero un servicio por horas permite adaptar el presupuesto sin comprometer la calidad del cuidado.
Algunos consejos prácticos:
En Kipers, por ejemplo, las familias pueden entrevistar a varios cuidadores online sin costo antes de decidir, para encontrar el perfil que realmente encaje con su dinámica y sus necesidades.
Un nuevo equilibrio: acompañamiento sin excesos
Buscar ayuda no significa rendirse ni exagerar la situación.
Significa entender que cuidar también es prever. Que incluso un par de horas de apoyo pueden devolverle estructura al día, compañía a la tarde y descanso al cuidador familiar.
El objetivo no es llenar la casa de presencia, sino dar presencia al cuidado, en la medida justa y humana.
¿Y tú?
Si notas que tu familiar empieza a necesitar apoyo en momentos puntuales —pero aún conserva su independencia—, considera el cuidado por horas.
Existen distintas formas de encontrar ese apoyo: preguntar en tu red de confianza, contactar instituciones locales o usar plataformas como Kipers, que te ayudan a conectar con cuidadores verificados y coordinar entrevistas sin costo. La ayuda que tu familiar necesita puede ser más sencilla, cercana y flexible de lo que imaginas.