Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la demencia es un síndrome que implica el deterioro de la memoria, el intelecto, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria.
Datos de la misma organización, indican que en el mundo hay alrededor de 47,5 millones de personas que padecen demencia, y cada año se registran 7,7 millones de nuevos afectados.
Para el año 2050 se espera que habrá 150 millones de personas afectadas con demencia, por lo que esta enfermedad se ha convertido en una prioridad para la salud pública.
Los adultos mayores de 65 años responden a un factor de riesgo, y aunque la demencia no es parte normal del envejecimiento, si es un hecho que el deterioro cognitivo es más común en adultos mayores.
Cuidar a un familiar mayor con demencia es una tarea abrumadora, ya sea que se trate del padre, madre o de un ser querido con la enfermedad de Alzheimer u otro tipo de demencia, lo ideal será tener ayuda de un profesional con el conocimiento y la actitud correcta para poder brindar los cuidados adecuados.
En el caso de que no se pueda tener la ayuda de un profesional lo mejor será educarse sobre la demencia y mantener dentro de lo posible una actitud positiva para poder mantener el rol de cuidador.
A continuación, compartimos algunos datos importantes a tener en cuenta si se está al cuidado de alguien con demencia:
Busca y pide ayuda, sea de un profesional, de alguien de la familia o de algún grupo de apoyo de personas que ya hayan vivido la situación.
Muchos cuidadores familiares encuentran que los grupos de apoyo son de gran ayuda. Los grupos de apoyo permiten que los cuidadores se desahoguen en un entorno seguro con personas que entienden por lo que están pasando. También les permite a los cuidadores escuchar las actividades, cuidados o técnicas que están funcionando para otros cuidadores y pueden aprender nuevas formas de cuidado que quizás no conocían.
Incluso, si se es un cuidador profesional, es probable que en algún momento requieran pedir apoyo a un colega cuando se enfrentan a un desafío excepcional o un momento difícil.
Cuidar a alguien con demencia no es fácil y seguramente habrá momentos en los que los cuidadores, profesionales o no, necesiten de ayuda.
Las personas que se dedican a cuidar adultos mayores con demencia, deben ser empáticos y comprensivos. Las personas con demencia son propensas a confundirse sobre su entorno, muchas veces no saben donde se encuentran, qué año es, o quienes son. Por eso los cuidadores deben estar preparados para comprender la situación de confusión y poder guiarlos a un estado de calma.
En las últimas etapas de la mayoría de los tipos de demencia, los pacientes se vuelven dependientes y necesitan ayuda para llevar a cabo actividades de la vida diaria como vestirse, bañarse, ir al baño, incluso comer.
Una vez que llega este momento, los cuidadores deben tener la paciencia suficiente para ayudarles con mucha empatía, ya que algunas veces incluso los pacientes pueden volverse no comunicativos, incapaces de reconocer a sus seres queridos e incluso incapaces de moverse.
Los cuidadores que están a cargo de personas con demencia van a experimentar buenos y malos días. La meta cuando se está al cuidado de una persona enferma es que esta pueda sentirse lo más cómoda, feliz y segura posible.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de los tipos de demencia, incluido el Alzheimer, son irreversibles y progresivos. Los episodios de demencia en las personas mayores, tienden a empeorar con el tiempo y no existe una cura conocida. Pero lo que sí se puede lograr es fomentar los buenos momentos en la persona con demencia, buscar actividades que disfruten como jugar juegos de mesa, hacer manualidades, escuchar música o alguna otra actividad que puedan disfrutar, no trate de forzarlos, pero si acompañarlos y guiarlos a un estado de calma.
La OMS espera que para el año 2025, el 75% de los países presten apoyo y formación a cuidadores y familiares acerca de cómo cuidar a una persona con demencia.
Según Mayo Clinic los síntomas de la demencia varían según la causa, pero los signos y síntomas frecuentes son los siguientes:
Cambios cognitivos
Cambios psicológicos
Educarse acerca de la enfermedad es un paso muy relevante. Puede que el único síntoma evidente sea la pérdida de memoria, sin embargo simultáneamente la persona puede estar experimentando un deterioro neurológico que puede provocar una serie de otros problemas.
Las personas mayores pueden puede desarrollar comportamientos y estados de ánimo difíciles. Los síntomas dependen de las áreas del cerebro afectadas por la enfermedad. Por ejemplo, una abuela refinada y muy educada, puede que de pronto empiece a despotricar como un marinero. O un padre de familia creer que su familia está conspirando contra él y experimentar delirios o alucinaciones.
Como hemos mencionado, la demencia es una enfermedad irreversible y progresiva. Eso significa que los familiares que están al cuidado de una persona mayor con demencia deben prepararse para un momento en el que su ser querido necesite atención profesional.
Hay que ser conscientes de reevaluar continuamente las necesidades de atención y el estado de salud de los seres queridos con demencia. Las necesidades de atención aumentarán inevitablemente y por eso planificar con anticipación ayuda a buscar atención profesional de forma controlada y con anticipación.
Tips para seleccionar el tipo cuidador que necesitas según la atención requerida.
El equipo de neurología de La Clínica Alemana, enumera algunas recomendaciones para disminuir los factores de riesgo en el el desarrollo de la demencia:
Si has identificado en algún familiar algunos de los síntomas cognitivos y físicos mencionados en este artículo, consulta con tu médico de cabecera. Para más información te invitamos a descargar la Guía completa para cuidadores ¿Cómo cuidar en casa a un adulto mayor?
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